Séptimo Trabajo
Captura de las Yeguas de Diomedes
El Séptimo trabajo de Hércules, el Héroe Solar, es la
subsecuente captura de las yeguas de Diomedes, (Hijo de Marte y Rey del pueblo
guerrero de los Bistonios), que mataban y se comían a los náufragos que
llegaban a esas costas.
Hércules y sus compañeros sólo logran apoderarse de aquellas
bestias después de feroz combate con los Bistonios, (El Ego Animal) quienes con
Diomedes, habían acudido a defender sus posesiones (las almas del Mundo), a los
que vencen, quedando el Rey dado en pasto a esas hembras antropófagas.
Este maravilloso trabajo se refiere a la eliminación
de infrahumanos elementos pasionarios, profundamente sumergidos en
nuestros propios abismos inconscientes, alegorizados por esas Simbólicas
bestias que se encuentran siempre al asecho en el trabajo que realiza con sus
aguas de vida todo aspirante a la Luz; bestias dispuestas siempre a devorarse a
los fracasados, es decir, aquellos que abandonan el trabajo sobre sí mismos.
En este trabajo, en sus propios mundos internos o abismos
inconscientes, el adepto es atacado incesantemente, y este ha de defenderse
valerosamente...
Los adeptos tenebrosos atlantes, (Continente antiguamente
situado en lo que hoy es el Océano Atlántico) se resuelven combatirlo con
inaudita ferocidad.
Núbiles damas adorables; (mujeres en edad de contraer
matrimonio) bellezas malignas, exquisitamente peligrosas, lo asedian por
doquiera...
Los Tenebrosos atacan terriblemente cuando se está
trabajando en la Gran Obra. (El Trabajo con nuestras Aguas de Vida) A los
tenebrosos no les gusta y buscan como sacar al discípulo del Camino, lo atacan
terriblemente.
Incuestionablemente en esas regiones conocidas como los
Infiernos de Saturno, experimentamos, vivenciamos, revivimos, los terrores
Atlantes..."Hércules, como dice Aeliano (Varias Historias, libro V, C.3),
limpió la Tierra y los mares de todo género de monstruosidades, que no de
monstruos, venciendo al Necromante Briareo, el de los cien brazos, en uno de sus
célebres trabajos o triunfos sobre la mala magia Atlante que se había
enseñoreado de toda la Tierra".
Hércules, el verdadero Krishna Arios del Mahabharata (poema
épico de los indos), presintiendo la catástrofe final Atlante que se avecinaba
y con ella la desaparición del Divino Jardín de las Hespérides, trasplantó,
doquiera que fue, es decir en todo el Punjab, (país de los cinco ríos) el Asia
Menor, la Siria, el Egipto, Grecia, Italia, Germanía, las Islas Británicas,
España, Mauritania y aún América, bajo el nombre de QUETZALCOATL (La Serpiente
Blanca Luminosa), el simbólico árbol Iniciático que a todos estos países les
salvará de la catástrofe.
A la vista de la barrera del océano infranqueable para el
hombre, Hércules, lleno de Titánica rebeldía, tendió su arco contra el Sol como
si fuese a herirle para detenerle en su rauda carrera allende el Océano, en el
que se iba a sepultar y hacia donde él no podía seguirle, pero el Dios Apolo le
mandó que se estuviese quedo y paciente ‑porque sólo con paciencia infinita se
puede realizar "el Magnus Opus", "la Gran Obra" ‑en premio
de lo cual le regaló un "Vaso de Oro"....símbolo del Santo Grial.
Finalizado el Saturnino trabajo en la morada de Plutón, el
candidato es entonces transportado en el EIDOLÓN (Cuerpo Astral) a la
"Tierra Solar" de los Hiperbóreos...
Esa es la Isla de Avallón; la Mágica Región
"JINAS" donde habitan los Dioses Santos... Sublime Isla de Apolo;
tierra firme en medio del océano de la gran vida libre en su movimiento...
¡Ah!... Si el Emperador Federico en el Medioevo hubiera
realizado en sí mismo el Misterio del Grial, el Misterio Hiperbóreo...
Es indubitable que entonces habría vuelto a florecer en
forma espléndida el árbol seco del Imperio...
Es ostensible que el Reino del Grial habría reaparecido maravilloso,
dentro del mismo Sacro Imperio Romano...
La senda de la vida está formada con las huellas de los
cascos del caballo de la muerte...
No es posible realizar en sí mismo el Misterio Hiperbóreo
sin haber sido antes juzgado en la Vasta Sala de la Verdad‑Justicia...
No es posible realizar dentro de sí mismo el Misterio del
Grial, sin haber sido pesado antes el corazón del Difunto en el platillo de la
Balanza que lleva la Verdad‑Justicia...
No es posible la AUTO‑REALIZACIÓN INTIMA del SER, sin haber
sido declarado "Muerto" en la "Sala de la Verdad‑Justicia".
Dice la Leyenda de los Siglos que muchos Iniciados viajaron
en el pasado hasta el país del Hermano Juan ‑la Tierra solar‑ para recibir
cierta Consagración Esotérica, mágica muy especial...
Estos Hermanos de la "Orden de San Juan" en la
"Isla del Apolo Solar", están bien muertos... Es decir, ya no tienen
Ego, el Yo, legión de diablos pendencieros y gritones han desaparecido, han
muerto totalmente en todas las regiones de su espacio psicológico interior. Son
otros Hércules de la Épica Antigua terriblemente simbólica e instructiva.
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